miércoles, 4 de julio de 2012

El grupo Trivium Klezmer abre la programación de la edición 2012 de los Conciertos del Agua

Domingo 8 de julio a las 22:30 horas en el Anfiteatro de la Ciudad del Agua.
El próximo domingo, día 8 de julio, a las 10´30 de la noche, tenemos una cita en el Anfiteatro de la Ciudad del Agua. La cita es musical y con un grupo aragonés cuya calidad y originalidad interpretativa les garantiza no sólo un buen presente sino también un gran futuro. Nos referimos a TRIVIUM KLEZMER y su espectáculo “Klezmorin”.



Trivium Klezmer es un trío que basa su repertorio en la música tradicional hebrea, a la que tanto debe el folclore europeo, mediterráneo y la propia cultura popular española. El grupo está formado por los músicos aragoneses Manuel Franco (acordeón), Jorge Ramón (clarinete bajo) y Juan Luis Royo (clarinete soprano y requinto), presentes en multitud de proyectos musicales de diversa índole (Eraje, Ricardo Constante, Cherry & the Onions, Willy G. & Chanela, Habana Teatro, Tornabis Producciones, Producciones Viridiana, Grupo Enigma, Hato de Foces, Compañía de Miguel Ángel Berna, Flamenco Contemporáneo Ensemble, Joaquín Pardinilla…entre otros).
Los tres músicos abordan la música klezmer desde una nueva perspectiva, centrada en la familia del clarinete y el acordeón como timbres esenciales. Su repertorio no es estrictamente folclórico. Junto a arreglos personales del repertorio clásico del Klezmer y la música de composición propia, encontramos temas procedentes de diversos autores que han dedicado sus melodías al clarinetista Giora Fiedmann, posiblemente el máximo exponente de este género en la actualidad. Giros al jazz, al tango, a la música klezmer norteamericana y argentina salpican esta fresca y creativa propuesta. El repertorio se complementa con versiones de temas clásicos del cine, especialmente de películas vinculadas al klezmer, la música balcánica y mediterránea: “El violinista en el tejado”, “La vida es bella”, “La lista de Shlinder”, películas del director y músico Emir Kusturica como “Gato Negro, Gato blanco”, “El Tiempo de los gitanos” entre otras.
Con todos estos ingredientes, el concierto se convierte en un espectáculo lleno de energía, pasión y ritmo desenfrenado, un espectáculo que intenta recuperar el carácter melancólico, festivo e imprevisible de la música popular judía, a la que se unen la libertad del jazz, la juerga balcánica, el tango o los aromas del Mediterráneo. Y, por si fuera poco, todo ello siempre aderezado de unas gotas de buen humor.

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