Tras un accidente de parapente, Philippe, un rico aristócrata, contrata a Driss como asistente y cuidador, un joven procedente de un barrio de viviendas públicas que ha salido recientemente de prisión —en otras palabras, la persona menos indicada para el trabajo—. Juntos van a mezclar a Vivaldi y “Earth, Wind & Fire”, la dicción elegante y la jerga callejera, los trajes y los pantalones de chándal. Dos mundos van a chocar y van a tener que entenderse mutuamente para dar lugar a una amistad tan demencial, cómica y sólida como inesperada, una relación singular que genera energía y los hace… ¡intocables!.
“Intocable” fue un fenómeno cinematográfico en Francia. Las cifras que arroja en taquilla son de vértigo: 19,2 millones de espectadores que dejaron más de 120 millones de euros, números a los que hay que sumar los más de 6 millones de espectadores en Alemania, el más de 1 millón en Suiza y los 3,8 millones de euros recaudados en sólo 10 días en Italia. Y su éxito no acaba ahí: la cinta fue nominada a 9 premios César —Omar Sy ganó en la categoría de Mejor Actor— y fue premiada en el Tokyo International Film Festival, además de ser la película que clausuró la Sección Oficial del Festival de San Sebastián 2011.
Se trata del cuarto largometraje que firman en colaboración los directores Olivier Nakache y Eric Toledano, quienes antes habían dirigido “Je préfère que’on reste amis” (2005), “Aquellos días felices” (2006) y “Tellement proches” (2009), de las que sólo la segunda tuvo un estreno en España. El origen de “Intocable” se encuentra en el documental “A la vie, a la mort”, que narraba el encuentro entre Philippe Pozzo di Borgo, tetrapléjico, y un joven llamado Abdel. Años después de ver aquel documental, Nakache y Toledano decidieron retomarlo para llevarlo al cine en calidad de ficción.
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